donde el mar se abre como una herida,
nos miramos a los ojos de la mano
para ver a través de las caricias.
Ahí, donde soñamos a horcajadas,
donde sabe a fruta prohibida,
deshacemos nuestro cuerpo en palabras
que no diríamos con la ropa encima.
Ahí, donde los muslos se hacen primavera,
donde los labios revelan el secreto,
nos queremos donde quiera
que las lenguas abran fuego.
Ahí, donde abre la puerta el corazón,
donde gotea la ternura,
tan fuera de control,
tan dentro de tu hermosura.