domingo, 15 de julio de 2018

ELOGIO DEL ENEMIGO

                      Poema galardonado con el primer premio del II Certamen de Poesía Enrique Pleguezuelo

Antes de que nos separara el hecho de que
los nuestros se dividieran entre los suyos y los míos,
le conocí en Ciudad Perdida y, enseguida,
me di cuenta de que era el más inteligente
porque era el único que presumía de tonto.

Desde que los nuestros se dividieron entre los suyos y los míos,
hemos fijado nuestra posición para poder cumplir
con el deber de continuar enfrente.
Tanto me esforcé en no ser como él
que me he convertido en alguien que no se parece a mí.

Desde que los nuestros se dividieron entre los suyos y los míos,
he dedicado mi ingenio a destruir cuanto él creó.
Todos los días me he sentado a esperar
y no he visto pasar más que mi cadáver
porque nadie muere más que quien vive pensando en matar.

Nadie conoce mejor las virtudes de alguien
que quien se dejó el alma buscando sus defectos
para apedrear con ellos la realidad.
Nadie, como yo, sabe que el enemigo
es un demonio imaginario que poco
tiene que ver con el hombre al que nos enfrentamos.
La derrota llegó el día que elegí bando
porque fui yo el que me convertí en propiedad de los míos.
Lo contrario del amor no es el odio, es la sumisión
a los que nos quieren con el dedo corazón en el gatillo.