domingo, 28 de octubre de 2018

TARDE LLUVIOSA DE CUMPLEAÑOS

Han pasado treinta y nueve años desde que nací.
Sigo sin pensar jamás en la muerte
pero temo que ella haya empezado a considerarme.
Nada inmediato. Lo que sospecho
es algo así como que haya preguntado
mi nombre a los patógenos que saben todo de mí.
Esta tarde me acuerdo de las playas
que quedaron llenas de sonrisas de mi madre.
Me acuerdo de mi padre cuando era padre de un niño
y de algunas palabras que, entonces,
debería haber dicho a mi hermana.
Esta tarde me acuerdo de la vista de La Tierra
desde las ventanas de mi casa.

¿Dónde va un nueve de agosto
al que destierran del verano?
Espero que tú no te cuentes entre las personas
que conocemos la frialdad de la respuesta.
La conozco, sí. Pero conozco también el mar.
El verdadero mar, el que se ve
al mirar los ojos de un boquerón.
Esta tarde me acuerdo de cuando los actos
no tenían ninguna consecuencia.
De mis manos cuando no habían dicho nunca adiós.
Me acuerdo de cuando miraba al espejo
y me reflejaba exactamente yo.

Esta tarde me he puesto a hablar de mí
porque no quiero tratar ningún tema
que me incumba demasiado.
Noto que, cuando camino por la ciudad,
los árboles plantados en las calles,
pese a que han visto pasar de todo,
se van poniendo tristes a mi paso.
Me ocurren cosas en el corazón
que un chaval de mi edad mental
ni siquiera sospecha que suceden.
Esta tarde me acuerdo de los años
que no eran sólo doce meses de septiembre.

Mañana volveré a ser un hombre joven
que no aparenta los sueños que ha cumplido.
Volveré a ser un perro viejo con cara de niño.
Mañana volveré a mi costumbre
de no rotar sobre mí mismo.
Volveré a la superficie desde las profundidades.
Mañana no recordaré que me has leído
pero esta tarde me acuerdo
de todas las historias que han surgido de tus ojos.
Esta tarde me acuerdo de cuando
todos los caminos eran de peldaños cuesta abajo.
Esta tarde me acuerdo de cuando
el sol no permitía que lloviera en mi cumpleaños.



jueves, 18 de octubre de 2018

MENTE, CORAZÓN Y TIEMPO

Feliz aniversario digo,
pero no sale alegría de mi boca.
Porque quiero besar hoy
también los besos de ayer.
Porque ya hemos consumido
cinco dedos de caricias.
Porque ahora sabes que mi alma
no llega a ser un cuerpo.
Porque el tiempo
es una dimensión en ruinas.

Porque no vengo a conmemorar
sino a reincidir.
Porque me niego a pagar con anoche
el precio de mañana.
Porque cada día más
es también un final imperceptible.
Porque no celebro el reloj
sino tu muñeca de agua.

Porque la sangre me corre en sentido contrario
a las manecillas crudas del invierno.
Porque aún me mueve el primer paso.
Porque te ama aún quien ya no soy.
Porque cronometrar la vida
es transigir con el ocaso.

Porque, si aceptamos la lógica del calendario,
antes o después
me volveré una hoja seca,
una naturaleza demasiado muerta
para entender que no existirá ya
un viento que me devuelva
a un octubre en que me quieras.





jueves, 11 de octubre de 2018

MEDIA SOLAMENTE

Mi boca es media verdad. Media solamente
si tus besos no se suman al proyecto.
Creo que imaginas que, al deletrear mi nombre,
sale la secuencia de ADN de un insecto.

Tú sabrás por qué me despierto tan cansado,
pues ostentas la soberanía de mis sueños.
Yo no puedo explicar cómo ha llegado tan lejos
un corazón que da pasos tan pequeños.

Fuera de ti hay un mundo insuficiente,
países enteros caídos de un abrazo.
No te digo que me guste romper a llorar
pero compensa si tú recoges mis pedazos.

Una y otra vez, el problema son los suministros
de oxígeno y sangre cuando estás cerca.
Cuando estás cerca me pones en mi sitio.
Fascinar me hace participio cuando estás cerca.


lunes, 8 de octubre de 2018

DONDE LAS PUERTAS CERRADAS

Tristeza, tronco,
extremidades, nombre.
Nada más. Nada.

Algún ladrido
que resume, lejano,
lo que no entiendo.

Nunca como hoy
me sentí en las manos
del amanecer.

Intento rugir
pero soy un depredador
sin objetivo.

Identificarme,
distiguirme del otoño
no resulta fácil.

¿Dónde voy a ir
si los poetas saben
que no soy uno de ellos?

Voy a quedarme
donde las puertas cerradas
me derriban.

A merced del viento
que sale de tu nariz
cuando no hablas.

Sólo he estado
cerca de la poesía
fuera de mis versos.

Y, sin embargo,
pueblo de mis estrofas
tu ciudad

mientras se queda
mi universo lírico
sin habitantes.

A ninguna parte,
prosa kilométrica,
llevas nunca

más que a un lugar
del que las palabras
no saben regresar.

Escribo con la sed
del que sólo conoce
el papel mojado,

por caminos transitados
por otros que tampoco
dan con el camino.

No me preguntes
el motivo, entonces,
de perseverar,

de caminar
hacia las llamas
de lo inútil.

No me preguntes
porque desapareceré
en la respuesta.

Hasta entonces,
llamaré poema
a este canto gris

mientras persigo
que la música, por fin,
brote de mis manos.



sábado, 6 de octubre de 2018

LOS DESHABITANTES DEL PLANETA TIERRA

Les conté a mis hijos la historia de nuestro pueblo,
los deshabitantes del Planeta Tierra.
Me hicieron tres o cuatro preguntas para las que inventé
una respuesta más o menos convincente.
Después, dibujamos algo de merendar
con un rotulador que cambiaba de color
en función del hambre de quien lo utilizara.

A pesar de mirar el cielo desde un lugar mejor,
no dejamos de subrayar sus méritos azules.
Mis hijos se entretuvieron en explicarme
a qué se dedican las estrellas durante el día
con todo lujo de detalle.
Les dejé una sonrisa en las manos
y nos fuimos difuminando poco a poco
a los ojos de quien nos observaba.

No tardamos en llegar al equivalente geográfico
de una palabra que sigue a unos puntos suspensivos.
Allí, nos deshicimos de una pena
que ya nos resultaba francamente molesta.
Antes de cenar, mis hijos se bañaron
en las lágrimas de alegría de mi soledad
y, ya desde la cama, me confesaron con los ojos
que tengo poco peso en la trama de sus sueños.

Al verles tan frágilmente dormidos,
fui consciente de que dependen de mí
para mantener el sustento, el vestido
la higiene, la vivienda y la salud.
Al verles tan frágilmente dormidos,
me di cuenta de que todo eso es nada
si pienso lo que yo les necesito.





jueves, 4 de octubre de 2018

EL DEVENIR DE LAS ESPECIES

Él es un súbdito del reino animal
y ella no piensa dejar de ser flora.
Ella ve el mundo por un ojo que llora
y él mira con un corazón de cristal.

Él lleva tilde porque le cayó del cielo
y ella sobrevivió a mil gomas de borrar.
Ella es la suma del misterio y del hogar
y él, la mitad sin vida de algo medio muerto.

Él se mide en centímetros de tamaño
y ella en otoños de profundidad.
Ella persigue por mar una verdad
y él huye de bruces de un desengaño.

Él caza bestias que nadie más ha visto rugir
y ella recolecta secretos en el pecho.
Ella conoce la humedad de los hechos
y él no sabe que hacer con el cromosoma Y.