si un padre o un marido lo permitían.
Para poder hacerse realidad
tocaba soñar cuando los demás dormían.
No ha recogido de la tierra ningún fruto.
Todos ha tenido que arrancarlos allá arriba,
mientras el viento movía los árboles
con la buena fe de unas manos masculinas.
Aún hoy, es ayer en muchos ojos
que ven su mundo en llamas cuando la miran
y salen a crear palabras nuevas
para volver a contar la misma mentira.
Pero el mar lo crea ella cuando se empeña
en caminar las mismas aguas que ellos caminan.
Aún hoy, es ayer en muchos ojos.
Pero se hace mañana cada vez
que una idea cura a un troglodita.
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