Todos los poetas soñamos dejar atrás a tanto inglés.
Todos los incrédulos creemos a un dios partenopeo.
Todos los números uno quieren ser el diez.
A todos los que te vivimos nos mató un tiro libre.
Nos ubicó en la infancia un pase tuyo.
Te veíamos hacerle goles al imposible
y nos sentíamos campeones de otro mundo.
Sacabas de esquina y rematábamos de corazón.
El mapa de tu zurda excedía la Argentina.
Todas las tribunas hablaban la lengua de tu inspiración.
Toda defensa era una civilización en ruinas.
Todas las pelotas son ciudadanas de tus pies.
Todas las redes te tildan de asesino.
Todos los números uno quieren ser el diez.
Todos se quedan a mitad de camino.