domingo, 25 de abril de 2021

MIRAR HACIA OTRO LADO


Sin ti, los árboles no ponían sabor
en el cuerpo invisible de sus frutas.
No existía Dios y yo me sentía 
desamparado en el mundo de los lunes.
La Tierra era un círculo contaminado 
y yo no tenía aire en los cuartetos. 
El verano duraba menos cada año 
y el mar empezaba a ser ya cosa de antes.
La muerte me observaba desde arriba
y yo arrastraba el miedo de mi estómago. 
Las derrotas amargas se sucedían 
y yo escondía, claro, la cabeza. 

Contigo, todas las frutas me saben
al día de sol que hay en tu mirada. 
No existe Dios y yo me siento pleno
en la salvación de tus abrazos. 
La Tierra es un círculo contaminado
y sopla el oleaje de tus pechos.
El verano dura menos cada año 
y a mí me urge verte mañana.
La muerte me observa desde arriba
y, entonces, miro yo hacia otro lado.
Las derrotas amargas se suceden
y yo celebro que las compartamos. 

sábado, 24 de abril de 2021

EXTREMADAMENTE PELIGROSO


Pensé que sería peligroso 
que me odiaran los de allí, enfrente.
Que señalaran con el índice 
la diferencia oscura de mis ojos. 
Me daba miedo convertirme en el
demonio alucinógeno de sus dioses.
En el presunto culpable del frío.
En el autor intelectual del hambre. 
Temía que quisieran hacerme daño 
donde el amor me hace más indefenso.
Que vinieran a hacer mi nombre añicos.
Que vinieran, cariño, a matarme. 

Sin embargo, hoy sé que lo peligroso 
es que odio a los de allí, enfrente.
Que les señalo con el índice 
la diferencia clara de sus ojos.
Me asusta verme creando dioses
que desatan plagas en sus vientres.
Verme azuzar el frío contra ellos.
Verme ponerles el hambre entre los dientes.
Lo peligroso es cargar el arma propia. 
Es la primera persona del disparo. 
Es que tú creas que tendré razón  
cuando vaya, cariño, a matarlos.

viernes, 23 de abril de 2021

A LOS QUE SABEN


Hoy, más que a ti, escribo a los que saben
que el sonido del cerrojo no es
el invierno más crudo del oído.
A los que saben que no mata la muerte
de la palabra sonrisa. 

Hoy, más que a ti, escribo a los que saben 
que los desnudos de la fantasía 
pasan por el hueco de los barrotes. 
A los que saben que al patio llegan
los rayos de sol de los deseos. 

Hoy, más que a ti, escribo a los que saben
que no hay privación de libertad capaz
de quitarles a mis manos tu recuerdo. 
A los que saben que no hay reclusión 
que saque tu alma del cuerpo de mis dedos.

Hoy, más que a ti, escribo a los que saben
que la auténtica soledad llegará 
si dicen tu nombre y no me vuelvo, 
que la auténtica soledad llegará 
si cierro los ojos y no te veo.