martes, 29 de enero de 2019

LA RESPUESTA EQUIVOCADA

Te diré algo
con todas las letras
haciendo eses.

Te escucho
para aprender de ti
de qué estoy hecho.

Te imagino
en regiones húmedas
de otro mundo

y, allí, te toco
con el índice reencarnado
en otros dedos

y te abrazo
y, así, abarco
el horizonte.

De pronto, tú,
al mirar en dirección
a la alegría,

despertando
al niño que murió 
dentro de mi boca

al degollar
tantas palabras
en que te traducías.

Qué pensarán de mí
el deseo y el amor
al verme unirlos

en la palpitante
polisemia
de tu nombre

y entregártelos, 
como un tributo
invisible,

aun en contra 
de su voluntad 
y de la mía.

Y qué importa
si tu cuerpo responde
las preguntas

con más preguntas
y a nosotros 
nos une la suerte

de buscar la respuesta.
La misma respuesta
equivocada.





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