domingo, 21 de diciembre de 2014

BIENVENIDO

Cuando me respondes que sí, me siento bienvenido
al verano que permanece dentro de tu boca.
Nublado de sonreír y decidido
a que podamos sobrevivir en otra estrofa.

Buscando, en la lengua castellana, una caricia
que darte como un amor que no tocó otra mano,
tu cuerpo afirma verdades
que saltan a la vista como mares desabrochados.

Manchado de ti, el dedo corazón
señala estrellas por el suelo.
Los labios, tan lejos de aquí,
gritan sin voz que son nuestros.

Mirándonos de puertas para dentro,
con la fuerza sin carne de los sueños.
Poniendo, en la tierra de la noche,
un nombre a cada sentimiento.



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