sábado, 8 de octubre de 2016

YO NO ME ILUSIONARÍA

Llega un día en que, de pronto, te das cuenta
de que no cuadra el guión del Pentatéuco,
de que hay corintios a los que las cartas no les llegan,
de que del templo nunca echan al dólar, al yen, al euro.

No es creíble que, pudiendo elegir a cualquiera,
un ser superior escogiera al ser humano.
No hay verdad para tantas religiones verdaderas.
La eternidad nos pronunciará a todos en vano.

¿Prometer siete vírgenes funciona todavía?
Yo no me ilusionaría, queridos hermanos,
con que nuestro padre fuera algo más que biología,
física, química, azar, golpe y porrazo.

Ya sé. Cuesta pensar que vivimos sin red,
que la muerte es una una inapelable destrucción.
Pero tenéis ahí unos brazos donde poner la fe,
esos mortales que os quieren son el único Dios.


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