pero, no descubro nada si lo digo,
son pocos los que tienen nombre.
Que de ellos escriban en las alturas,
yo escribo a ras de claxon y muchedumbre.
Escribo de los que se mueren
de algo sin importancia en el corazón.
De los que chocan la Ferrari.
De los que tienen soledades en la boca.
Escribo de los que suspenden las mates por amor
y de los no correspondidos por la luna.
De los que la echan fuera a puerta vacía.
De los que se arrejuntan con peluches.
Escribo de tanta gente como ciudades
deshabitadas hay en un verso de arte mayor.
Escribo de la letra hache.
Escribo de nosotros dos.
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