Uno se despierta y no lo espera.
Uno te ve a la izquierda de la cama
y hace planes para luego,
cuando la noche se desnuda en la ventana.
Uno se levanta y no lo espera.
Uno no espera perderte sin luchar,
sin poder decir ni mu
a la mano asesina del azar.
Uno se despide y no lo espera.
Uno no espera que adiós
se convierta en una verdad tan grande.
Uno no espera que se cruce
la muerte como cualquier otro viandante.
Uno no olvida. Uno no olvida y te espera.
Uno va cada día a esos sitios a que ibas
sin saber que ibas sin darte cuenta
y uno mira el reloj de sus heridas
y uno sueña. Sueña que te espera.
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